Se desea tanto dormir sobre tus encajes, al blandir de tu eterno dominio que acuna los corazones humanos.
Los mortales se ufanan de poseerte y alardean de tu arrojo rendido a sus caprichos mortales, pero cuando te miro disponible al aire como un tul al viento; dudo... de tu verdadero apresamiento.
Amado…si guardaras tu corazón a lo posible, si pudieras andar por allí a merced del rocío y del viento, al susurro del clamor de los hombres, a las risas que desean expandirse, a los posibles pasos que están por dejar huella, si te hiciera inmensamente feliz, el roce y la humedad que dejan los besos, si le cantarás a la posibilidad de lo que eres, si volverías los ojos hacia ti, mucho de lo que te inquieta, encontraría reposo. Guarda tu corazón pues, al más extraordinario tesoro, que como un ciervo dormido bosteza entre las alas de lo posible, esperando que descubras de que estas echo, y te deshagas de tus viejos harapos, que en hilachas deambulan en la aridez de lo infértil. Púes yo afrodita vivo en todas las cosas! el lo bermejo de la fruta madura, en el polen que esparce el viento, en la sacudida de la intuición , en los partos que muestran el milagro de la vida, en la sonrisa seductora, en el reventón de la semilla, en el fulgor de aquel lucero.
No te cueles por la rendijas del amor no correspondido, ni hurtes la sandalias de las ninfas que se bañan en la fuente de la vida, pues yo estoy aquí para ofrecerte el más prístino de los cantos, suelo yacer en las promesas de amor que se acercan a tus oídos como una cantinela marina y bostezó aburrida ante tu inoportuna negación creadora, amada criatura ¡ “Soy el Amor, envuelta en el Amor Mismo.!
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